Los festejos patronales, se realizaban del quince al veintitrés de enero, en honor de la Inmaculada Concepción de María y San Sebastián Mártir, patronos de la ciudad, las fiestas venían a ser una prolongación de la alegría de fin de año, iniciaban con el “correo”, desfile de bufones, mascaradas, “Viejos”, jóvenes disfrazados del diablo, siguanaba, cipitio, embarazadas, brujas, payazos en zancos… Ese programa traía, anuncios comerciales, fotos de las reinas, la agenda de las fiestas, noticias, todo sobre los últimos noviazgos, amores y desamores, apodos... se esperaba con curiosidad, nadie quería salir mencionado entre los chistes o sátiras de sus ingeniosos redactores. El “Palo Encebado” se instalaba en los arriates del parque... En la esquina, entre las farmacias Nueva y Novoa hacían la transfiguración de la virgen que iba oculta a lo largo de la procesión, momento en el que habían fuegos artificiales, aplausos, tocaba la banda regimental, luego el...